El CNP seccional Zulia, advierte que, en Venezuela, la libertad de expresión está subordinada a serias consecuencias. A propósito de las recientes declaraciones del presidente Hugo Chávez de sorprender con acciones a los medios de comunicación, en específico a Globovisión, y en el marco de las agresiones de que ayer fue objeto el equipo de prensa de la Gobernación del estado Zulia, el equipo reporteril de Urbe Televisión y el lenguaje ofensivo dirigido contra el corresponsal del diario La Verdad en Caracas, José Gregorio Martínez, el pasado lunes; el Colegio Nacional de Periodistas (CNP), en la persona de su presidenta en la región zuliana, Nikary González, declaró ayer que en Venezuela hay ya una “libertad de expresión en crisis”.
Con un claro mensaje al gremio periodístico y con un tono preocupante, González informó que las estadísticas cotejadas por el CNP son desoladoras, pues en lo que va del año 2009 se han registrado casi 40 agresiones de diferente naturaleza contra los comunicadores sociales. Advirtió que la libertad de expresión está ya subordinada a serias consecuencias.
“¿Qué vamos a esperar?, ¿que cierren Globovisión? ¿Hacemos marchas cuando cierren Globovisión? Debemos estar movilizados desde antes y esto es un llamado en especial a los comunicadores sociales, porque estamos en un momento dramático para la historia democrática de Venezuela“, sentenció González.
Junto a la titular del CNP en la entidad, Leonardo Pérez, secretario de asuntos penales y sindicales del mencionado cuerpo colegial, agregó: “Cuando comienza a darse la autocensura es porque hay temor, y cuando hay temor es porque no hay libertad de expresión. Nuestras armas son nuestras herramientas de trabajo, ellos (cuerpo de seguridad del Gobierno) tienen armas, plomo, gases lacrimógenos del bueno y del malo, peinillas, cárceles a su disposición; y hacen lo que quieren porque, lamentablemente, el estado de derecho está resquebrajado. Nuestro mensaje es a mantenernos unidos, porque unido el pueblo jamás será vencido”.
Adelantaron que en los próximos días emprenderán acciones de calle.
Agresión
Ni los gritos desesperados del camarógrafo Gustavo Perozo y la periodista Yoremys Borjas impidieron que dos sujetos vestidos de civiles -que posteriormente se identificaron como integrantes del Grupo Élite del Ejército- y dos funcionarios de Polisur golpearan a Ramón Magallanes, reportero gráfico de la Oficina de Información del Poder Ejecutivo del estado Zulia (Oipeez).
Ni los gritos desesperados del camarógrafo Gustavo Perozo y la periodista Yoremys Borjas impidieron que dos sujetos vestidos de civiles -que posteriormente se identificaron como integrantes del Grupo Élite del Ejército- y dos funcionarios de Polisur golpearan a Ramón Magallanes, reportero gráfico de la Oficina de Información del Poder Ejecutivo del estado Zulia (Oipeez).
Como todos los días, los profesionales de la comunicación social salieron a hacer su trabajo. Estaban haciendo unas fotografías en la toma simbólica de las instalaciones del Puente sobre el Lago de Maracaibo. Omar Prieto, alcalde de San Francisco, llegó al lugar rodeado de hombres visiblemente armados.
Según relata Magallanes, se trasladaban en una camioneta identificada con el logo de la Gobernación de Zulia. Previniendo cualquier agresión, decidieron hacer su trabajo retirados de la multitud. Se bajaron. Los cuatro hombres comenzaron a rondarlos. “Yo les dije a Yoremys y a Gustavo que fuéramos a Conoce tu Puente. No me sentía seguro allí. Esa gente nos miraba muy mal“.
Sus colegas le hicieron caso. Una vez en el complejo recreacional se sintieron más cómodos. Yoremys Borjas estaba dentro de la camioneta. Ramón y Gustavo sacaron sus equipos y comenzaron a captar las imágenes. “Yo los vi venir y le grité a Gustavo que nos subiéramos rápido. Venían en moto y con armas largas y cortas“.
Hasta la muerte con la cámara
Los cuatro sujetos los interceptaron. A punta de pistola los bajaron de la camioneta. A Gustavo le arrebataron la cámara de video. A Yoremys no le tocaron ni un pelo. Cuando los hombres se acercaron al reportero gráfico, él opuso resistencia. “Yo no quería dar la cámara. Traté de sacarle la tarjeta de memoria pero en el forcejeo perdí las fuerzas”.
Recibió los primeros golpes dentro del vehículo. Cuando al fin se decidió a salir intentó huir, pero ya era demasiado tarde. Estaba rodeado. “O nos dais la cámara, o nos la dais”, le gritaba un funcionario armado. No tenía opción. Al recibir el primer golpe en el estómago cedió.
Gustavo intentó mediar con las personas. Pero su intervención generó más violencia e insolencias. En ningún momento Magallanes dejó de tomar fotografías. Quizá fue eso lo que enfureció más a los atacantes. Mientras tanto, Yoremys avisaba de la situación. “Nos quieren quitar los equipos. Necesitamos ayuda”.
Tanto las herramientas de trabajo y los tres comunicadores sociales terminaron en la sede Polisur, en Sierra Maestra. Eran las 11.45 de la mañana. Allí también estaba Édwar Rodríguez, director de Oipeez, quien tras una reunión con Danilo Vílchez, director del organismo policial, salió de la oficina con los equipos en la mano. Borraron las imágenes y rompieron el lente de la cámara fotográfica.
Al parecer, el director de Polisur alegó que los funcionarios procedieron porque recibieron una llamada asegurando que había una camioneta extraña merodeando la zona. “Eso es falso. En todo momento la camioneta tuvo el logo de la Gobernación. Ellos ya sabían que eran periodistas”.
Respeto a la profesión
Respeto al libre ejercicio del periodismo. Ésta, es la exigencia que los periodistas ultrajados elevan. Rodríguez aseguró que esta acción es otra agresión más contra el gremio periodístico. “No se trata de que seamos blancos o negros, se trata de que somos personas que cumplimos con nuestro trabajo de informar a la colectividad“.
Respeto al libre ejercicio del periodismo. Ésta, es la exigencia que los periodistas ultrajados elevan. Rodríguez aseguró que esta acción es otra agresión más contra el gremio periodístico. “No se trata de que seamos blancos o negros, se trata de que somos personas que cumplimos con nuestro trabajo de informar a la colectividad“.
Aseguró que mientras el Ejecutivo regional administre el Puente sobre el Lago, están en el pleno derecho de acceder a las instalaciones. “Estamos seguros de que si los equipos periodísticos que laboran para los medios oficiales se presentaran en pautas de la Gobernación, seríamos incapaces de limitar su trabajo y mucho menos de ofenderlos o agredirlos“.
Tomado de www.cnpcaracas.org
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