Foto: José Nava |
Tomado de: diario La Verdad
José Gregorio Martínez
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Caracas
Los muertos de los fines de semana en las grandes ciudades de Venezuela -que con frecuencia superan las dos docenas- ya se habían convertido sólo en cifras a las que el venezolano se estaba habituando. En un país donde todo el mundo tiene una historia que contar, cuando de inseguridad se trata, no es un secreto que los cadáveres se acumulan en las medicaturas forenses, pero no es lo mismo suponerlo que verlo. La fotografía publicada el pasado viernes 13 por El Nacional dejó claro que una imagen vale más que mil palabras.
Antonio Pasquali, uno de los más destacados teóricos de la comunicación en Latinoamérica, recuerda que en pleno siglo XXI es fácil leer imágenes, como símbolos y síntesis de realidades completas y, por lo tanto, la fotografía cumplió, por un lado, la función de estremecer al país, y por otro, debilitar al Gobierno un poco más de lo que se encontraba con el caso de la comida podrida de PDVAL y la ruptura de relaciones con Colombia, según su apreciación.
El comunicólogo no sólo felicita a El Nacional por lanzar este mensaje tan fuerte que -a su juicio- deja claro que existen valores no negociables y una barbarie inaceptable en el país, sino que además establece un precedente importante que, con la revocatoria parcial de la medida de censura previa impuesta sobre los medios demuestra que es impensable que en Venezuela se aplique un modelo de control a la prensa como el que impera en Cuba.
-¿Qué costo ha tenido para el Gobierno la fotografía de El Nacional? -Creo que fue ionesco quien dijo que el futuro sólo podía preverse después que las cosas habían sucedido, pero aventuraría el pronóstico que el episodio "foto-censura previa-atenuación de la censura" se añadirá a otros dos: el de los containers y el que yo llamo de la "rendición de Santa Marta" para debilitar aún más al ya debilitado Chávez a un mes de las cruciales elecciones del 26 de septiembre. Desde el día de la foto, el país entero sabe que -al menos en materia de seguridad- es urgente voltear la página, y que muchos murieron porque el régimen no quiso enviar la tropa a sus feudos electorales a proteger inocentes.
-¿Sirvió esta fotografía para estremecer a los venezolanos frente a un tema tan sensible, en contraste con la respuesta irónica de Andrés Izarra en CNN? -Sí, estremeció el país entero, somos del siglo XXI, sabemos leer imágenes, incluso como símbolos y síntesis de realidades complejas. La gente sintió que en cuestiones de seguridad "las cosas habían llegado a su llegadero", y que la risita histérica de Izarra era un buen medidor de la obscena anti-moral gubernamental, de su ética modelo "hojilla", de una concepción cuartelera y grotesca de las más dramáticas realidades nacionales.
-¿Estamos a las puertas de una censura previa con la medida del tribunal que prohibía difundir imágenes, información y publicidad de contenido violento, a pesar de haber sido revocada parcialmente? -Esa puerta el régimen la abrió hace tiempo, y en uno de sus casos más recientes afectó a un periodista valenciano, pero hasta acá se trató casi siempre de casos puntuales, mientras que ahora la medida es genérica, aunque déjeme decirle que presenta aspectos incluso ridículos, como eso de que durará un mes, o el haber sido corregida y atenuada a las 24 horas de haberse promulgado.
-¿Hay antecedentes de este tipo en Venezuela y/o en Latinoamérica? -El gran antecedente, precisamente aquel hacia el cual mira todo el tiempo el régimen, es el cubano; pero la Cuba castrista liquidó en pocos meses hasta el último vestigio de la libre expresión, mientras que acá nos ha tocado la tortura del garrote vil que aprieta poco a poco. No caben dudas de que Chávez aspira ahora a un control total de los medios y de la información en sus fuentes, lo que explica la creación del Cesna (Centro de Estudio Situacional de la Nación) y lo dispuesto en su artículo 9, dicho esto, cabe recordar que la diversificación tecnológica actual le hace la vida muy difícil a dictadores, déspotas y censores, y que un control total modelo cubano en Venezuela es impensable.
-Dijo la defensora Gabriela Ramírez que publicando fotografías como la de El Nacional no se aportaban soluciones al problema de la violencia y que, al contrario, esto generaría más violencia, ¿son entonces los medios de comunicación multiplicadores de la violencia o son sólo un reflejo de la violencia social? -La defensora del Pueblo, por lo visto, sólo sale a defender por órdenes superiores; yo desearía por ejemplo que en lugar de cazar imágenes de prensa para adultos suprimiera un espantoso programa infantil de intoxicación ideológica de Radio Nacional de Venezuela (RNV), en que los conquistadores españoles son presentados sin excepciones como una manada de dementes, alcoholizados, ladrones, asesinos, violadores, invasores y genocidas. Dejo imaginar a educadores y psicólogos infantiles el profundo y terrible trauma que dicho programa puede inducir en la mente de la niñez venezolana, en su inmensa mayoría mestiza y de apellido Lossada, Quijada, Rodríguez, Fernández, etcétera, al profanársele de manera tan burda una parte de su propio ser, de sus ancestros y de su historia.
-Para David Natera, presidente del Bloque de Prensa, El Nacional está cumpliendo un papel "histórico" al "sacudir" al país con imágenes tan crudas sobre una situación que se estaba convirtiendo en habitual. ¿Es correcta esta posición para un medio de comunicación? ¿Se encuentra dentro de sus funciones? -Sí, es correctísima, y sólo un enfermo moral puede verlo de otra manera. El país se estaba lentamente deslizando hacia una especie de "mitridatismo", de acostumbramiento al horror, a los sesenta asesinatos diarios, donde hasta las risotadas de un chacal del régimen podían parecer parte de un intrascendente juego de opiniones. Fui de los primeros en felicitar a El Nacional por haber lanzado esa señal fuerte, ese recordatorio de que subsisten valores no negociables y una barbarie que no aceptaremos nunca. El propio diario El Nacional publica (viernes) una serie de impactantes fotos históricas, ninguna de las cuales fue objeto de censura. Hasta hace poco era impensable, pero hoy no suena ya tan extravagante la tesis de que este régimen pudiera acabar en el ridículo.
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