
A continuación la entrevista que concedió a la agencia EFE:
“Ya no se puede hablar de imparcialidad, porque en Venezuela hace tiempo perdimos la virginidad en ese sentido”, dijo Villegas, quien realiza una gira para promover su libro “Abril, golpe adentro”, considerada como la obra más completa sobre los hechos del 11 de abril de 2002 en el país.
“Para salir de esa crisis de credibilidad, el único camino que tiene el periodismo es ser transparente con respecto a de dónde toma lo que dice”, aseguró Villegas, quien se quejó del “sesgo permanente” en los medios.
Aunque Villegas sostuvo que en su país existe la libertad de expresión, lamentó que “se volvió un estándar el ejercicio irresponsable de la libertad de expresión y el periodismo”.
Según Villegas, el “sesgo permanente” refleja la polarización entre grupos a favor y en contra del Gobierno del presidente Hugo Chávez.
El Gobierno de Chávez, señaló, “tiene desde hace mucho tiempo claridad de que los medios dejaron de ser medios para convertirse en actores políticos, entonces trata a los medios como contradictores, como si se tratase de partidos políticos”.
A su vez, el periodismo que realizan los medios “es un periodismo que le cuesta reconocer cosas positivas o siquiera informarlas cuando ocurren. Hay un sesgo permanente”, observó Villegas.
La obra de Villegas, la cual inauguró la colección Aportes a la Memoria Histórica de la Editorial Galac, reconstruye detalladamente los antecedentes de los hechos de abril de 2002.
El libro incluye la lista completa de los firmantes del decreto de disolución de poderes públicos del 12 de abril de 2002.
Aunque el libro refleja una rigurosa investigación periodística, Villegas reconoció que, ocho años después del golpe, todavía no se aclara, por ejemplo, si algunas de las personas detenidas y posteriormente liberadas fueron francotiradores.
Con base en el testimonio que en su momento rindiera el ministro de Salud del Gobierno sustituto, Rafael Arreaza, el libro incluye datos sobre una reunión en Miraflores el 13 de abril de 2002 en la que participaron varios medios para analizar una política de silencio informativo respecto a esos hechos.
Villegas consideró que el caso del opositor Oswaldo Álvarez Paz, detenido por declarar a Globovisión, es una “excepción de la norma”.
“No soy partidario de que a nadie lo metan preso por sus expresiones -enfatizó-, pero tomar el caso de Álvarez Paz como la generalidad de lo que ocurre en Venezuela es incorrecto”.
Según Villegas, en su país “se dicen cosas que no se dicen en ninguna otra parte del mundo respecto del Gobierno, de personas. Yo mismo he sido víctima de imputaciones falsas de periodistas y eso no tiene ninguna consecuencia”.
El escritor consideró que su libro es “un aporte del periodismo a la búsqueda de la verdad” y su publicación es oportuna frente al golpe de Estado de Honduras en junio de 2009 que derrocó al presidente Manuel Zelaya.
Para Villegas, lo ocurrido en Honduras contra Zelaya guarda similitudes con lo ocurrido en Venezuela en 2002 tanto por quienes lo promovieron como por el comportamiento de los medios y el uso del Congreso para dar legitimidad.
Pero el caso de Venezuela fue “particularmente estremecedor” porque el grupo que tuvo el poder durante 47 horas “hizo exactamente lo mismo que acusaba a Chávez de querer hacer: de implantar la dictadura, y de disolver poderes públicos, ellos lo hicieron; de censurar y ellos silenciaron los medios”.
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